sábado, 10 de abril de 2010

¿Sabe si su empresa es laboralmente responsable?

ANÁLISIS. SERLO VA MÁS ALLÁ DEL CUMPLIMIENTO DE LA LEGALIDAD VIGENTE

Implica tener visión a largo plazo y un enfoque humanista en la dirección


Evalúe los riesgos para cada persona y puesto de trabajo

La responsabilidad social, esa que tan bien queda en las memorias anuales, debe empezar por casa. Debe empezar por las personas que la forman, porque la empresa es un agente social, nace, vive, interactúa en la sociedad, está formada por personas y grupos de personas con distintos intereses.

La empresa es un proyecto creado por una o varias personas, que necesita de otras para llevarse a cabo y que basa su existencia en la satisfacción de necesidades o deseos de otras muchas.

Ante todas ellas debe responder. Sus actuaciones tienen efectos sobre los promotores, accionistas, clientes, consumidores, proveedores, empleados; estos son los principales grupos de interés o stakeholder que rodean a una empresa.

Resultaría curioso tener políticas de protección ambiental y ser con ello empresa socialmente responsable y tener unos ritmos de producción, turnos de trabajo, realización de horas extraordinarias, remuneración por objetivos que ocasionen una alta tasa de estrés laboral o trabajadores en situación de burn out.

O también colaborar altruistamente con diversas ONG, promover o patrocinar causas sociales, y por otro lado discriminar por razón de sexo o raza en los procesos de selección o promoción, en la política retributiva, en la asignación de funciones.

Ser socialmente responsable y laboralmente responsable es ir más allá del cumplimiento de la legalidad vigente. Implica tener una visión a largo plazo, un enfoque humanista en la dirección, sobre todo en la que afecta a las personas, una concepción de la empresa como entidad que puede y debe transformar la sociedad, contribuyendo al bien común, pues es parte de esa sociedad.

Estrategia

Si queremos ser una empresa laboralmente responsable, analicemos nuestro comportamiento en al menos las siguientes áreas de actuación:

1 Formación y desarrollo: El asunto está en saber detectar, desarrollar y retener el talento de cada una de las personas y hacer que sus funciones en la empresa estén lo más alineadas posibles con sus puntos fuertes.

2 Salud y seguridad laboral: evaluar los riesgos para cada persona y puesto de trabajo, a fin de establecer las medidas para eliminar o reducir al máximo ese riesgo.

3 Comunicación interna: el personal debe conocer la filosofía, misión y visión de la empresa, y participar en ella. La política de despachos abiertos favorece la comunicación interna, buzones de sugerencias, toma de decisiones participativa.

4 Igualdad de oportunidades y trato: en el acceso al trabajo, la promoción, la formación, los despidos. La igualdad en la remuneración y en las clasificaciones funcionales. Las mayores desigualdades en el ámbito de la empresa se producen con las mujeres, los inmigrantes y los discapacitados.

5 Protección de derechos humanos: especialmente sensible en la contratación de proveedores en países sospechosos de utilizar mano de obra infantil o esclava, o utilizar determinados colectivos de trabajadores que por sus precarias condiciones de vida acepta trabajos en condiciones infrahumanas o salarios por debajo de los límites legales.

6 Conciliación de la vida personal y laboral: implantar una decidida política de conciliación, con medidas como las bolsas de horas, reducciones de jornadas y excedencias para atender a personas dependientes, flexibilidad de horarios, trabajo sin presencia en la oficina, guardería en la empresa.

7 Acción social: dedicar parte de los recursos de la empresa, económicos o humanos a la ejecución de proyectos que favorezcan o ayuden a personas desfavorecidas en ámbitos como la educación, la salud, el empleo, la asistencia social.

Fuente: www.degerencia.com

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