PERCEPCIÓN. TENGA PRESENTE QUE PUEDE LLEGAR A SACAR LO PEOR DEL SER HUMANO
Pulveriza la inteligencia de una sociedad y la lleva a buscar culpables
Una cosa es abrir un negocio por decisión y otra por desesperación
"La crisis es una oportunidad". ¿Escuchó alguna vez esta afirmación? Seguro que sí y seguro también escuchó la explicación de que el ideograma que los chinos usan para nombrar "crisis" se construye por yuxtaposición de los correspondientes a "peligro" y "oportunidad". Queremos deshacer esta frase hecha o al menos deshilacharla un poco enumerando algunas razones por las cuales consideramos que las crisis no son sinónimo de oportunidad.
Por puro sentido común. La crisis es crisis y la oportunidad es oportunidad. No son términos intercambiables. Una persona que busca una "oportunidad laboral" jamás diría: ¿me das una "crisis laboral" para trabajar en tu empresa?
Genera emociones negativas. Las crisis traen más dolor que felicidad. Cuando las cosas se ponen feas es mayor el porcentaje de personas que se angustian, se deprimen o se asustan que de las que se ponen contentas y entusiastas.
Obliga a reaccionar sin pensar. Es natural que una persona que está en peligro haga algo para intentar salvarse. Pero es muy probable que esa acción que emprenda sea ineficaz porque tuvo que decidirla bajo presión y en poco tiempo.
Obliga a aprender demasiado rápido. Muchas veces se sostiene que la crisis es positiva porque obliga a las personas a reinventarse y aprender cosas nuevas. Sin embargo, un naufragio no brinda la "oportunidad" de aprender a nadar en cinco minutos.
No potencia la creatividad. Si fuera cierto, las creaciones más geniales de los últimos años tendrían que haber surgido de países quebrados.
Crea falsos emprendedores. Una cosa es abrir un negocio por decisión y otra es hacerlo por desesperación. Una crisis genera falsos emprendedores: personas que tienen que crear un negocio propio para tener alguna fuente de ingreso.
Impulsa el conservadurismo y retrae el consumo. Los contextos negativos hacen que la gente piense tres veces antes de abrir un negocio, cambiar el auto, invertir en educación, hacer un viaje, prestar dinero o invertir. La crisis retrae el consumo, la producción y por ende las oportunidades.
Para ganar, otro tiene que perder. Las oportunidades son siempre a expensas de otro.
Puede sacar lo peor del ser humano. La crisis muchas veces pulveriza la inteligencia de una sociedad y la lleva a buscar chivos expiatorios, "cazar brujas", encantarse por líderes negativos, adoptar pensamientos maniqueos o comprar soluciones mágicas y rápidas.
Genera cambios falsos. Es cierto que una crisis provoca que las personas, empresas o países cambien sus actitudes o comportamientos. Pero por lo general son cambios falsos porque nacen de la desesperación y no de una elección libre.
Genera un orgullo incomprensible: Si la crisis nos hace ser tan inteligentes, ¿por qué no somos capaces de solucionar los problemas de fondo?
Se convierte en una solución: A la crisis se le atribuye un carácter redentor y, quienes lo sostienen, suelen poner el ejemplo de Japón o la Europa de posguerra.
Ideas finales
1 Aquellos que repiten que la crisis es una oportunidad lo hacen porque son buenas personas y quieren que la gente no se paralice ni se sienta víctima de las circunstancias.
2 Lamentablemente caen, sin darse cuenta, en la misma trampa que intentan sortear: el determinismo.
3 Se debe entender que la crisis no es una oportunidad sino que uno mismo lo es.
4 Encontrar y generar oportunidades depende de nosotros y no necesitamos de crisis para despertar de sinapsis quebradas.
5 Debemos volver a confiar en nuestra capacidad de acción y celebrar la estabilidad, porque cuando las cosas marchan bien se amplía el campo fértil donde sembrar y cosechar un buen futuro.
Fuente: El Peruano
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martes, 16 de febrero de 2010
sábado, 30 de enero de 2010
Cómo salir fortalecido en tiempos de crisis
POSITIVISMO. RECUERDE QUE NUESTROS PENSAMIENTOS CONDICIONAN NUESTRAS EMOCIONES
Nunca sea víctima y conviértase en creador de soluciones al problema
No le eche la culpa a otras personas o a Dios de lo que le pasa
En tiempos difíciles, en algunos momentos nos debilitamos y corremos el peligro de sucumbir ante la tempestad. Pero no tenga miedo. Un mar calmado no hace buenos marineros. Hay que crecerse ante la adversidad y mostrar de qué madera está forjado su corazón.
Recuerdo aquellos tiempos de grandes adversidades, cuando todo estaba oscuro y no había una salida a mis problemas. Angustia, desesperación y mucho dolor.
Me encontraba sin dinero, sin trabajo y sin la posibilidad de poder alimentar a mi familia, que ya hambrienta me exigía resultados. Mis intenciones eran buenas, pero mis resultados eran muy malos.
Yo quería salir adelante, pero no podía. Me desesperaba el hecho de que los demás no entendieran lo que yo vivía.
Ahora lo entiendo. Comprendo que los pensamientos condicionan nuestras emociones y mientras uno no controle sus emociones, no podrá tener resultados positivos; lo que quiero decir es que emociones es igual a resultados.
Empezar
Entonces, empiece por cambiar la raíz del problema. Cambie sus pensamientos y sus resultados serán otros. Nunca sea una víctima. Mejor conviértase en creador de circunstancias para salir del problema.
Si piensa que las cosas son terribles, que sus problemas no tienen solución (pensamiento negativo), entonces las emociones (negativas) serán de angustia y desesperanza (emociones limitantes), lo que le llevaría a obtener resultados de la misma naturaleza con que se creó.
Por el contrario, si se enfoca en lo positivo, eso es lo que va a recibir como resultado.
Ejemplo. Piénselo por un instante. Cuando se encuentre metido en un problema, su mente empieza instintivamente por buscar respuestas de manera inconsciente y entonces se pregunta: ¿por qué me sucede esto a mí? O posiblemente le eche la culpa a Dios (¿por qué Dios me hace esto o no me da aquello?)
Con estas preguntas estamos bloqueando la mente inconsciente y simplemente nos convertimos en víctimas de las circunstancias o de Dios, pero no encontramos respuestas a nuestra problemática.
Errar es humano, pero echarle la culpa a otras personas o a Dios es una tontería. Llorar no sirve de nada. Haga lo que tenga que hacer y déjese de tonterías.
Nuevas preguntas
Lo que debe hacer ahora es cambiar la forma de realizarse las preguntas, entendiendo que todas las respuestas están escondidas en su interior, lo verdaderamente importante es entender que de la manera en que realice estas preguntas es que obtendrá respuestas y recursos de poder que le permitan evolucionar.
Cuando se encuentre en problemas, pregúntese: ¿para qué me puede servir este problema?, ¿qué puedo aprender de esta situación? Posiblemente, la respuesta en su mente inconsciente pueda tardar algunos días o semanas en llegar, pero una vez que encuentre la respuesta en su interior habrá crecido enormemente y evolucionado al siguiente nivel.
Cuando entienda que controlando sus pensamientos puede cambiar también su manera de actuar, descubrirá que es mejor vivir feliz que vivir angustiado.
Siempre podrá tener un motivo para estar molesto(a), angustiado(a) o infeliz. Es mucho mejor tener cientos de motivos para vivir inmensamente feliz y sonreírle a la vida.
Atrévase a cambiar sus emociones y cambiará sus resultados.
Fuente: www.degerencia.com
Nunca sea víctima y conviértase en creador de soluciones al problema
No le eche la culpa a otras personas o a Dios de lo que le pasa
En tiempos difíciles, en algunos momentos nos debilitamos y corremos el peligro de sucumbir ante la tempestad. Pero no tenga miedo. Un mar calmado no hace buenos marineros. Hay que crecerse ante la adversidad y mostrar de qué madera está forjado su corazón.
Recuerdo aquellos tiempos de grandes adversidades, cuando todo estaba oscuro y no había una salida a mis problemas. Angustia, desesperación y mucho dolor.
Me encontraba sin dinero, sin trabajo y sin la posibilidad de poder alimentar a mi familia, que ya hambrienta me exigía resultados. Mis intenciones eran buenas, pero mis resultados eran muy malos.
Yo quería salir adelante, pero no podía. Me desesperaba el hecho de que los demás no entendieran lo que yo vivía.
Ahora lo entiendo. Comprendo que los pensamientos condicionan nuestras emociones y mientras uno no controle sus emociones, no podrá tener resultados positivos; lo que quiero decir es que emociones es igual a resultados.
Empezar
Entonces, empiece por cambiar la raíz del problema. Cambie sus pensamientos y sus resultados serán otros. Nunca sea una víctima. Mejor conviértase en creador de circunstancias para salir del problema.
Si piensa que las cosas son terribles, que sus problemas no tienen solución (pensamiento negativo), entonces las emociones (negativas) serán de angustia y desesperanza (emociones limitantes), lo que le llevaría a obtener resultados de la misma naturaleza con que se creó.
Por el contrario, si se enfoca en lo positivo, eso es lo que va a recibir como resultado.
Ejemplo. Piénselo por un instante. Cuando se encuentre metido en un problema, su mente empieza instintivamente por buscar respuestas de manera inconsciente y entonces se pregunta: ¿por qué me sucede esto a mí? O posiblemente le eche la culpa a Dios (¿por qué Dios me hace esto o no me da aquello?)
Con estas preguntas estamos bloqueando la mente inconsciente y simplemente nos convertimos en víctimas de las circunstancias o de Dios, pero no encontramos respuestas a nuestra problemática.
Errar es humano, pero echarle la culpa a otras personas o a Dios es una tontería. Llorar no sirve de nada. Haga lo que tenga que hacer y déjese de tonterías.
Nuevas preguntas
Lo que debe hacer ahora es cambiar la forma de realizarse las preguntas, entendiendo que todas las respuestas están escondidas en su interior, lo verdaderamente importante es entender que de la manera en que realice estas preguntas es que obtendrá respuestas y recursos de poder que le permitan evolucionar.
Cuando se encuentre en problemas, pregúntese: ¿para qué me puede servir este problema?, ¿qué puedo aprender de esta situación? Posiblemente, la respuesta en su mente inconsciente pueda tardar algunos días o semanas en llegar, pero una vez que encuentre la respuesta en su interior habrá crecido enormemente y evolucionado al siguiente nivel.
Cuando entienda que controlando sus pensamientos puede cambiar también su manera de actuar, descubrirá que es mejor vivir feliz que vivir angustiado.
Siempre podrá tener un motivo para estar molesto(a), angustiado(a) o infeliz. Es mucho mejor tener cientos de motivos para vivir inmensamente feliz y sonreírle a la vida.
Atrévase a cambiar sus emociones y cambiará sus resultados.
Fuente: www.degerencia.com
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