martes, 16 de febrero de 2010

Cuando la crisis no llega a generar oportunidades

PERCEPCIÓN. TENGA PRESENTE QUE PUEDE LLEGAR A SACAR LO PEOR DEL SER HUMANO



Pulveriza la inteligencia de una sociedad y la lleva a buscar culpables

Una cosa es abrir un negocio por decisión y otra por desesperación

"La crisis es una oportunidad". ¿Escuchó alguna vez esta afirmación? Seguro que sí y seguro también escuchó la explicación de que el ideograma que los chinos usan para nombrar "crisis" se construye por yuxtaposición de los correspondientes a "peligro" y "oportunidad". Queremos deshacer esta frase hecha o al menos deshilacharla un poco enumerando algunas razones por las cuales consideramos que las crisis no son sinónimo de oportunidad.

Por puro sentido común. La crisis es crisis y la oportunidad es oportunidad. No son términos intercambiables. Una persona que busca una "oportunidad laboral" jamás diría: ¿me das una "crisis laboral" para trabajar en tu empresa?

Genera emociones negativas. Las crisis traen más dolor que felicidad. Cuando las cosas se ponen feas es mayor el porcentaje de personas que se angustian, se deprimen o se asustan que de las que se ponen contentas y entusiastas.

Obliga a reaccionar sin pensar. Es natural que una persona que está en peligro haga algo para intentar salvarse. Pero es muy probable que esa acción que emprenda sea ineficaz porque tuvo que decidirla bajo presión y en poco tiempo.

Obliga a aprender demasiado rápido. Muchas veces se sostiene que la crisis es positiva porque obliga a las personas a reinventarse y aprender cosas nuevas. Sin embargo, un naufragio no brinda la "oportunidad" de aprender a nadar en cinco minutos.

No potencia la creatividad. Si fuera cierto, las creaciones más geniales de los últimos años tendrían que haber surgido de países quebrados.

Crea falsos emprendedores. Una cosa es abrir un negocio por decisión y otra es hacerlo por desesperación. Una crisis genera falsos emprendedores: personas que tienen que crear un negocio propio para tener alguna fuente de ingreso.

Impulsa el conservadurismo y retrae el consumo. Los contextos negativos hacen que la gente piense tres veces antes de abrir un negocio, cambiar el auto, invertir en educación, hacer un viaje, prestar dinero o invertir. La crisis retrae el consumo, la producción y por ende las oportunidades.

Para ganar, otro tiene que perder. Las oportunidades son siempre a expensas de otro.

Puede sacar lo peor del ser humano. La crisis muchas veces pulveriza la inteligencia de una sociedad y la lleva a buscar chivos expiatorios, "cazar brujas", encantarse por líderes negativos, adoptar pensamientos maniqueos o comprar soluciones mágicas y rápidas.

Genera cambios falsos. Es cierto que una crisis provoca que las personas, empresas o países cambien sus actitudes o comportamientos. Pero por lo general son cambios falsos porque nacen de la desesperación y no de una elección libre.

Genera un orgullo incomprensible: Si la crisis nos hace ser tan inteligentes, ¿por qué no somos capaces de solucionar los problemas de fondo?

Se convierte en una solución: A la crisis se le atribuye un carácter redentor y, quienes lo sostienen, suelen poner el ejemplo de Japón o la Europa de posguerra.

Ideas finales

1 Aquellos que repiten que la crisis es una oportunidad lo hacen porque son buenas personas y quieren que la gente no se paralice ni se sienta víctima de las circunstancias.

2 Lamentablemente caen, sin darse cuenta, en la misma trampa que intentan sortear: el determinismo.

3 Se debe entender que la crisis no es una oportunidad sino que uno mismo lo es.


4 Encontrar y generar oportunidades depende de nosotros y no necesitamos de crisis para despertar de sinapsis quebradas.

5 Debemos volver a confiar en nuestra capacidad de acción y celebrar la estabilidad, porque cuando las cosas marchan bien se amplía el campo fértil donde sembrar y cosechar un buen futuro.

Fuente: El Peruano

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