viernes, 22 de enero de 2010

Tres claves para liberar el genio de la creatividad

INNOVACIÓN. ESTIMULE A SU GRUPO DE TRABAJO A PRESENTAR TODAS LAS INICIATIVAS QUE SEA POSIBLE

El secreto está en generar grandes cantidades de ideas


El flujo de ideas creativas nace de los debates “fuera de caja”

Tarde o temprano, cualquier grupo que trabaja en conjunto, ya sean empleados de una misma oficina, voluntarios en una organización sin fines de lucro, o dirigentes de un equipo de gestión, deberán desarrollar ideas creativas, para innovar.

Lamentablemente, lo que suele ocurrir cuando el líder designado pide al grupo... “denme sus mejores ideas”, la respuesta se limita a respuestas estándares, respuestas convencionales, o miradas vacías.

Podemos sugerir tres claves –existen muchas más seguramente– para que los grupos de trabajo puedan dejar que el genio de la creatividad se libere; para ello les doy tres principios.

Clave 1: Cantidad sobre la calidad. Los grupos tienden a desear y esperar a que la gran idea aparezca por arte de magia de la cabeza de alguien y que todo el mundo corra tras ella. Rara vez funciona de esa manera. El secreto para encontrar ideas creativas está en generar cantidades de ellas, inclusive de las malas, pero a continuación, luego de su análisis, elegir una terna y seguidamente la mejor por consenso. Esto puede sentirse ineficaz porque es contrario de cómo se lleva a cabo la mayoría de los otros trabajos, ¿verdad? Todo esto no tiene que ver con la creatividad y la innovación.

Clave 2: Reducir la inhibición. Si cree que incrementar la “creatividad” parece una tarea dudosa, estamos de acuerdo. Consideramos que no es necesario aumentar la creatividad de la gente, más bien lo que debe hacerse es reducir las dificultades que se interponen en el camino de las personas para que utilicen la creatividad que ya poseen. La creatividad en general comienza en nosotros a disminuir a medida que crecemos en edad. Cuando observamos a los niños de primer grado, observamos su creatividad casi al 100% y lo hacen con entusiasmo. En tercer grado disminuye y sigue disminuyendo a medida que aumenta el nivel de grado.

Nuestra creatividad no desaparece, pero con frecuencia en el curso del proceso de nuestro crecimiento dejamos de practicarla y en consecuencia de usarla. Liberar la creatividad, por lo tanto, requiere de regresar a los hábitos del pasado que no aplastan la creatividad.

La reducción de nuestras inhibiciones se parece a un juego; como en los deportes, están los deportistas que pasan inadvertidos y los que quedan grabados en nuestra mente, y generalmente es porque se diferencian por su creatividad. Y el juego, por definición, es la antítesis del trabajo.

Clave 3: Busque un caos. Las ideas creativas no surgen de los procesos lineales. Por el contrario, el flujo de ideas creativas nace de los debates “fuera de la caja”. Para ello, ayuda mucho dejar caer una encima de otra. Esto estimula la variedad y la vitalidad de las ideas. Por supuesto, la naturaleza del caos es que carece de control, pero es controlable en los entornos de la organización. Es fácil entender por qué este tipo de comportamiento aparentemente sin control, y tomado como un juego podría considerarse cuestionable y es resistido en el trabajo y en entornos profesionales.


Por eso, simplemente pedir a un grupo que aporte sus buenas ideas, por muy bien intencionadas que sean, rara vez se mueve más allá de sus inhibiciones a un lugar donde las ideas puedan fluir libremente.

Debemos establecer un proceso que introduzca un poco de caos, así como un poco de diversión que reduzca las inhibiciones para jugar; entonces nos sorprenderemos que casi cualquier grupo puede generar en abundancia ideas notables.

Fuente: El Peruano

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